Conversación con Kenizé Mourad e Ilya U. Topper en Casa Mediterráneo (Alicante)

El pasado 6 de junio, tuvimos el privilegio de asistir en Casa Mediterráneo (Alicante) a una conversación profundamente inspiradora entre la escritora Kenizé Mourad y el periodista de la agencia EFE en Istanbul Ilya U. Topper. Una cita imprescindible con la historia, la geopolítica y la literatura como herramientas de denuncia y transformación.
Kenizé Mourad: la voz firme de quien no calla
Palestina: su causa, su herida, su verdad
Si hubo un momento especialmente intenso, fue cuando Mourad abordó la cuestión palestina. Con una mezcla de dolor, lucidez y dignidad, denunció con contundencia el sufrimiento del pueblo palestino y la impunidad que lo perpetúa. “Es un escándalo moral que dura más de medio siglo. Y Europa calla”, afirmó.
Su ensayo «Le parfum de notre terre» El perfume de nuestra tierra —reeditado recientemente— fue escrito tras largas estancias en Gaza y Cisjordania. En él recoge voces de mujeres y hombres que resisten, que sufren, que aman, que sobreviven. Y ayer, en Alicante, esas voces volvieron a resonar. Mourad no se limita a observar: se posiciona, se compromete, y lo hace sin eufemismos. Denunció la colonización, la violencia sistemática y el drama humanitario actual en Gaza como “una herida que sangra en directo mientras el mundo mira hacia otro lado”.
Periodismo, ficción y resistencia
Acompañada por Ilya U. Topper —gran conocedor del mundo árabe y cofundador de M’Sur—, Mourad compartió también su mirada sobre el papel del periodismo, hoy más amenazado que nunca. “Nos hemos convertido en objetivos. Antes nos protegía la palabra ‘prensa’. Hoy, nos dispara”, señaló con crudeza.
Ambos recordaron que la libertad de prensa y la libertad de conciencia no son un privilegio, sino un deber ético, especialmente cuando se trata de narrar lo que otros prefieren silenciar.
Una noche para no olvidar
El acto reunió a un público diverso, atento, visiblemente emocionado por la fuerza del testimonio de Mourad. No fue una simple presentación literaria, sino un grito elegante y necesario contra la deshumanización y el olvido.

Kenizé Mourad no escribe para entretener, sino para despertar. Con Palestina como telón de fondo y también como centro emocional de su obra, reivindica el papel del escritor como testigo, como conciencia incómoda y como semilla de esperanza. Porque hay verdades que solo se comprenden cuando alguien las dice con coraje. Y ayer, en Casa Mediterráneo Alicante, se dijeron todas.